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La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha denominado Fatiga Pandémica a la desmotivación de la población para cumplir con las conductas de protección y medidas de seguridad recomendadas. Es decir, al agotamiento provocado por la situación que estamos viviendo y que nos hace difícil seguir “luchando”.
¿Por qué nos sentimos así?
Esto sucede debido al importante desgaste emocional que estamos sufriendo. En poco menos de un año, hemos pasado de sentir inicialmente un miedo extremo y un confinamiento radical a un cierto descuido con expectativas esperanzadoras. Justo en el momento en que pensábamos que la situación estaba medio controlada… vuelve a haber otro repunte incluso mucho peor que en los inicios de la pandemia. Es en este momento cuando sentimos que la carrera aún no ha acabado y que tenemos que continuar, pero no encontramos fuerzas para hacerlo.
Según la OMS, la fatiga emocional está afectando al 60% de la población europea. Los síntomas más característicos son:
- Estrés
- Apatía
- Desmotivación
- Desánimo
- Tristeza
- Falta de esperanza hacia el futuro
- Sensación de incertidumbre
- Profundo cansancio físico y mental
Todo esto, supone un coste emocional en las personas y hace que nos sintamos con esa fatiga pandémica de la que tanto hablan últimamente los medios de comunicación.
La fatiga pandémica, aunque es una reacción natural y esperada tras la situación vivida, plantea una seria amenaza a los esfuerzos personales para controlar la propagación del virus. Hasta que toda la población mundial no disponga de una vacuna o de tratamientos eficaces, el apoyo del público y el mantenimiento de las conductas de protección por parte de la población, continúan siendo los pilares fundamentales para prevenir el avance del virus.
¿Cómo manejarla?
Ya que la situación no parece mejorar en estos momentos, debemos aprender a gestionar esta fatiga pandémica para evitar que se alargue en el tiempo. Algunos tips para ello, pueden ser:
- Valida tus emociones: Normaliza y acepta lo que sientes y no te sientas mal por ello. Estos meses están siendo duros, es normal que no estés al 100%.
- Protege tus pensamientos: Intenta detectar el pensamiento que te hace daño y cambiarlo por otro que te resulte más útil para que así pueda generarte unas emociones más adaptativas. Los psicólogos trabajamos este tipo de terapias en consulta.
- No anticipes: Encárgate de preocuparte únicamente en lo que esté en tu mano y no anticipes futuros acontecimientos. Ya veremos cómo trabajarlos cuando estos ocurran.
- Dedica tiempo al autocuidado: No te olvides de ti, de cuidarte, de mimarte y de hacerte sentir bien contigo misma. Dedícate 15 minutos al día para ti.
- Practica actividades agradables: Practicar actividades placenteras está directamente relacionado con el bienestar de tu estado de ánimo.
- No te aísles: Mantener la distancia social y las medidas de seguridad no está reñido con relacionarse con nuestros seres queridos. Adapta los planes a las condiciones que te permitan seguir teniendo contacto con ellos.
- Reduce el consumo de información: Limita el consumo de información a una vez al día. Las noticias se repiten constantemente en los diferentes medios de comunicación. Para ello, elige un único medio de comunicación (tv, Tablet, móvil, periódico, telediario…) y un momento del día para informarte.
Si aún aplicando estos consejos sientes que la situación te sobrepasa, pídenos ayuda. Nos adaptaremos a tus necesidades y te ayudaremos a enfrentarte a esta situación. Pero sobre todo, no te rindas.
Marta Martín Lozano – Psicóloga clínica (Nº CLM:02596)